La mayoría de informes de los Estados Unidos, sobre fenómenos anómalos no identificados UAP por sus siglas en inglés, permanecen clasificados como alto secreto. Afirmó recientemente el periodista y finalista del Premio Pulitzer Terrence McCoy. De acuerdo con el también Jefe de la Oficina del Washington Post en Río de Janeiro, Brasil junto a otros países sudamericanos, tienen un amplio archivo de los incidentes OVNI, abierto al público para su investigación. Mientras que en los Estados Unidos, el asunto de los fenómenos aéreos no identificados a menudo se ha tratado como un secreto gubernamental muy bien guardado.

Habla Terrence McCoy: “En América del Sur, al menos cuatro países, Uruguay, Argentina, Chile y Perú, tienen programas de gobierno público que estudian e investigan la actividad de los ovnis. Argentina y Chile publican regularmente informes sobre la identificación de objetos aéreos. Y en Uruguay, que ha pasado los detalles de los ovnis a los Estados Unidos desde la década de 1970, el ejército dirige la Comisión para la Recepción e Investigación de Quejas de Objetos Voladores No Identificados.”

Por el contrario, Estados Unidos, a menudo han estado menos dispuesto a dar a conocer o participar públicamente en preguntas sobre los ovnis, incluso yendo tan lejos como para difundir desinformación en la década de 1950, por temor a ceder una ventaja estratégica a los adversarios y poner en peligro la seguridad nacional. De acuerdo con McCoy, en Brasil, donde las encuestas muestran que el 33 por ciento de las personas creen en la vida extraterrestre, los ufólogos no son tratados como locos. Tienen revistas y operan a través de organizaciones de resonancia oficial, como la Comisión Brasileña de Ufólogos. A algunos se les concedió una audiencia ante el Senado brasileño el año pasado y se han reunido con algunos de los líderes militares más importantes del país. Los generales, a su vez, se preguntan abiertamente sobre los extraterrestres sin miedo a la burla.