SpaceX transportará armas del Pentágono

El Departamento de Defensa de Estados Unidos ha propuesto a SpaceX explorar la posibilidad de que su cohete Starship suministre cargas militares a zonas de conflicto por vía orbital. El Pentágono ha optado por el proyecto de nave de Elon Musk no para realizar misiones a Marte, sino para “transportar un equivalente de la carga útil del C-17 hasta cualquier lugar del planeta en menos de una hora”, según el general Stephen Lyons, comandante del Mando de Transporte de EE.UU. (Transcom). El Boeing C-17 Globemaster III es un avión de transporte militar pesado capaz de portar hasta 77,5 toneladas de carga útil, suficiente para llevar un carro de combate.

El general Lyons reveló en una conferencia virtual de la Asociación Nacional de Transporte de Defensa este miércoles la existencia de dos acuerdos firmados con SpaceX y Exploration Architecture Corporation (XArc) en marzo y abril, respectivamente, que sirven de base para investigar la factibilidad del concepto de transporte orbital aprovechando los recientes avances tecnológicos, informa ‘SpaceNews’. Los acuerdos son de cooperación en investigación y desarrollo, lo que supone que ambas compañías no trabajarán de manera remunerada, sino que invertirán su experiencia y esfuerzos en potenciales contratos. La prueba de concepto podría tener lugar ya el próximo año, según Lyons.

Las tecnologías básicas para el concepto de transporte orbital fueron desarrolladas ya hace tiempo, pero los costes de este servicio en comparación con los del transporte aéreo son demasiado altos incluso para el Pentágono. Durante décadas el único tipo de carga que necesitaba este modo de suministro fue la ojiva nuclear. Las tecnologías de SpaceX en el ámbito de cohetes reutilizables reducirían significativamente los costes. De ser adoptado, el transporte orbital de cargas militares sería un servicio de nicho empleado para situaciones urgentes o para lugares sin acceso para la aviación de transporte de EE.UU. Washington podría necesitar también elaborar con países como Rusia y China un mecanismo de alerta que prevendría que tales operaciones fueran confundidas con lanzamientos nucleares.