SALVIA, LA PLANTA QUE LO CURA TODO
La Salvia es una planta, verdadero ejemplo de la inteligencia biológica extraordinariamente avanzada de la Madre Tierra. su nombre proviene del término “salvare”, que en lengua latina significa salvar, sanar, curar.
Esta bellísima planta de flores violetas y aroma maravillosamente fresco, tiene propiedades curativas a niveles muy altos, pues una sola tacita de té de salvia, aporta agentes antibacterianos, antioxidantes, antiflamatorios, antitumorales, anima y vigoriza, reduce la hinchazón de cualquier parte del cuerpo, e interviene positivamente en la regulación de la diabetes, el Alzheimer y el cáncer. Ayuda a sanar y contrarrestar problemas renales, estomacales, nerviosos, alteraciones del ciclo menstrual, afectaciones y malestares causados por la menopausia, aumenta la producción de orina, es relajante en los baños de temazcalli, se usa en la aromaterapia como un aceite esencial muy efectivo que activa la mente, en tintura concentrada o ungüento puede usarse para estrés del cuerpo realizando masajes, sana las heridas bucales, y muchos muchos beneficios más.
Debido a sus grandes capacidades, es posible usarla en té, infusiones, lavados y en ungüentos.
Al ingerirse en té o infusión, su uso No debe ser prolongado más allá de dos semanas, debe emplearse de manera intermitente. El uso tópico, en ungüentos y en la piel no ha revelado ningún riesgo.
No se recomienda su uso durante el embarazo o la lactancia.
Modo de preparación:
2 tacitas al día
Hervir 225 mililitros de agua, y al punto de ebullición, agregar 1 cucharadita de flores de salvia deshidratadas, manteniendo el recipiente de preparación siempre cubierto.
Permitir la ebullición por 3 minutos, y dejar reposar.
Servir tibio, endulzado con un poco de miel pura.
Beber una tacita por la mañana y otra por la tarde, mientras haya síntomas.
Tener en cuenta toda la información de esta receta.