¿Por qué la Cúrcuma es la tan valiosa para la Medicina Alternativa?
La cúrcuma es una planta originaria del subcontinente indio, que es ampliamente utilizada como especia en numerosos platillos asiáticos. Sin embargo, su valor medicinal es incalculable.
Las investigaciones parecen indicar que, si se usa como condimento de forma habitual, la cúrcuma contribuiría a bajar de peso inhibiendo el crecimiento del tejido graso y dificulta la lipogénesis, es decir, la conversión de azúcares en ácidos grasos, informa ‘Viviendo la Salud’.
La evidencia científica en cuanto a las propiedades adelgazantes de la cúrcuma todavía es poco sólida, igual que en lo que respecta al resto de posibles beneficios a los que nos referimos.
Entre las propiedades positivas para la piel que se atribuyen a la cúrcuma se encuentran la reducción de las arrugas y de la inflamación de la cara, la mejora de la piel grasa, la inhibición del crecimiento del vello facial, la prevención del acné producido por bacterias y virus, la exfoliación de la piel y la eliminación de la caspa. La cúrcuma podría ayudar a digerir y reducir síntomas estomacales e intestinales derivados de digestiones pesadas, en especial de alimentos ricos en grasas, aliviando así los gases, la hinchazón o la acidez.
También se dice que es útil para tratar trastornos digestivo, como el síndrome de intestino irritable y la dispepsia, consistente en malestar en la zona superior del vientre después de las comidas. El estómago de las personas con dispepsia no se relaja cuando recibe el alimento, como sería lo normal.
Ciertas investigaciones con personas diagnosticadas de colitis ulcerosa parecen mostrar que el consumo de cúrcuma reduce el riesgo de reaparición de los síntomas después de la remisión.
Sin embargo otros estudios afirman que la cúrcuma no es beneficiosa para las úlceras de estómago porque incrementa el ácido estomacal y puede agravar los síntomas existentes. Si bien se ha sugerido que las propiedades antiinflamatorias naturales de la cúrcuma pueden aliviar los síntomas dolorosos de la osteoartritis, la artritis reumatoide y problemas similares como el síndrome del túnel carpiano, los estudios al respecto tampoco son del todo concluyentes. También podría incrementar la eficacia de nuestras defensas a nivel general; describimos algunas consecuencias de este beneficio en los siguientes puntos.
Según estudios con animales podría ayudar a curar infecciones de virus y bacterias, pero este efecto aún no se ha estudiado en personas.
Algunos estudios con animales indican que la cúrcuma puede prevenir la formación de placas de colesterol y de coágulos de sangre, ayudando así a tratar la aterosclerosis y otros problemas circulatorios. Este efecto protector contra problemas cardiovasculares se ha atribuido a la reducción de la muerte de células. No obstante, cuando esta propiedad se ha investigado en humanos no se ha podido probar la hipótesis.
De ser ciertas, las propiedades antioxidantes de la curcumina y otros componentes de la cúrcuma protegerían las células, lo cual se ha relacionado en ocasiones con un riesgo reducido de algunos tipos de cáncer, en particular de mama, próstata, colon, duodeno y piel. En cuanto al tratamiento del cáncer, este efecto no sustituiría en ningún caso a la terapia farmacológica sino que, en todo caso, podría usarse como complemento. Asimismo la cúrcuma podría ser eficaz en aliviar los efectos adversos de los medicamentos para el cáncer y de la quimioterapia, como las náuseas y los vómitos.
Las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias atribuidas a la cúrcuma podrían ser beneficiosas para prevenir y reducir los síntomas de enfermedades como la de Parkinson, la demencia de Alzheimer y la esclerosis múltiple. Las propiedades medicinales de la curcumina se relacionarían también con la protección de enfermedades hepáticas. Entre estas se encuentran el hígado graso, la hepatitis, la cirrosis o los problemas de la vesícula biliar.
Se ha dicho que la cúrcuma expande los vasos sanguíneos, por lo que ha sido utilizada por la medicina Ayurveda para tratar problemas respiratorios como alergias, asma y bronquitis, así como el resfriado y la tos. Aunque no está claro de qué modo tiene lugar este efecto, estudios con ratones muestran que la cúrcuma regula los niveles de neurotransmisores implicados en la depresión (serotonina, noradrenalina y dopamina).
Esta propiedad es muy similar a la de los fármacos antidepresivos e incluso se ha sugerido que la cúrcuma puede ser más útil que algunos de ellos, si bien los datos disponibles actualmente no permiten de ningún modo confirmarlo. Se atribuyen a la cúrcuma diversas propiedades curativas relacionadas con la menstruación. Además de ayudar a normalizar los ciclos irregulares y el nivel de hormonas, aumentaría el flujo y reduciría el dolor, como el que se produce en el síndrome premenstrual.