Nativas Americanas están Desapareciendo

A finales de 2017, los indígenas nativos de EE.UU. representaban el 1,8 % de los casos de desapariciones en la base de datos del Centro Nacional de Información Criminal del FBI, a pesar de que esas personas constituyen apenas el 0,8 % de la población de EE.UU. Las mujeres nativas, en particular, constituyeron más del 0,7 % de los casos de desaparición –633 en total–, aunque no representan sino alrededor del 0,4 % de la población estadounidense, informa ‘RT’.

En algunas reservas de EE.UU., las mujeres nativas son asesinadas a un ritmo que supera en más de 10 veces el promedio nacional. Un estudio de 2016 descubrió que más del 80 % de las mujeres aborígenes experimentan violencia en sus vidas.

Ashley HeavyRunner Loring, una joven integrante de la reserva indígena de Blackfeet Nation (Montana), de 20 años, despareció alrededor del 8 de junio de 2017. Desde entonces, su hermana mayor, Kimberly, la ha estado buscando. Junto con sus familiares, ha realizado aproximadamente 40 búsquedas, pero no han podido cubrir toda la reserva, que alcanza a 1,5 millones de acres.

La desaparición de Ashley es solo un capítulo en la inquietante historia de mujeres y niñas indígenas desaparecidas o asesinadas. Nadie sabe con precisión cuántas son, porque algunos casos no se denuncian, otros no se documentan a fondo y no hay una base gubernamental de datos que rastree específicamente estos casos.

Para muchas comunidades nativas de Estados Unidos, el problema de las mujeres desaparecidas y asesinadas es profundamente personal. “No puedo pensar en una sola persona que yo conozca (…) que no tenga en esto algún tipo de experiencia”, cita AP a Ivan MacDonald, cineasta y miembro de Blackfeet Nation. “Estas mujeres no son solo estadísticas. Son abuelas, son madres”.

MacDonald y su hermana, Ivy, produjeron recientemente un documental sobre las mujeres nativas de Montana que desaparecieron o fueron asesinadas. Una de esas historias es particularmente impactante. Su prima de siete años, Mónica, desapareció de una escuela de la reserva en 1979. Su cuerpo fue encontrado, congelado, en una montaña a unos 30 kilómetros de distancia, pero nadie fue arrestado.

Hay muchos episodios similares que siguen un patrón: una mujer o niña desaparece, hay una protesta en la comunidad, se lanza una búsqueda, se ofrece una recompensa. A veces logran una resolución rápida. Pero a menudo surge la frustración ante la falta de acción por parte de la policía tribal y las autoridades federales.

“Todo se reduce al racismo”, argumenta MacDonald. “Podrías vincularlo a la pobreza o al consumo de drogas, o algunos de esos factores, [pero] al fin y al cabo, al gobierno federal realmente no le importa nada”.

La policía tribal y los investigadores de la Oficina Federal de Asuntos Indígenas actúan como agentes del orden público en las reservas, que son naciones soberanas. Entre tanto, el FBI investiga ciertos delitos y, si hay pruebas suficientes, el Departamento de Justicia de EE.UU. procesa delitos mayores –como asesinato, secuestro y violación– que ocurran en tierras tribales.