El nuevo retrato oficial del Rey Charles Phillip Arthur George Windsor Mountbatten, es un fuerte mensaje visual de la metamorfosis, la transformación, el cambio, el gran giro, que la humanidad está experimentando, en esta nueva era comandada por el fuego infernal.

En diversos medios se ha presentado el nuevo retrato del monarca, cuyo autor es el célebre pintor Jonathan Yeo, amigo muy cercano de la Reina Consorte Camilla Rosemary Shand, ambos han sido extremadamente criticados por la nueva versión del Rey Charles III, ya que se argumenta en medios que la reina consorte fue quien aprobó la pintura y extraoficialmente se dice que incluso ella fue quien instruyó al pintor a realizarla con el simbolismo tan característico que observamos.

Pese a todo ello, el núcleo de toda esta situación, es que el mensaje visual que el mundo ha captado, no es positivo. Se ha reflejado un rey maduro, de mirada apacible, casi cómoda, rodeado de un contexto muy fuerte, en tonalidades rojas, que los críticos de arte han denominado “diabólico”, como si se sintiera en su ambiente, usando el traje de gala como Coronel de la Guardia Galesa. Sin embargo, cualquier persona que observe la pintura detecta algo extraño, el colorido perturba, la composición es incomprensible hay un exceso de rojo, simula estar en un ambiente cercano al fuego ardiente, no se sabe lo que trataron de reflejar, algunos argumentan que es la metamorfosis del Rey camino a transformarse en un demonio del mal, en fin hay muchas teorías y opiniones, la gran mayoría de ellas es negativa.

Fue el mismo Rey Charles III quien develó su pintura oficial, frente a los principales medios ingleses, aunque cabe resaltar que al momento de retirar la cobertura y observar su propia pintura, el Rey sufrió un exabrupto muy notorio, es decir, se asustó sin poder disimular, de ver su propia imagen en tonalidades infernales.

Casi podríamos pensar que esa pintura es el símbolo de que el mal ha triunfado en el caso del Rey Charles y la Reina Consorte, quienes cargan la traición y muerte de la Princesa Diana de Gales.

¿Qué quiere transmitir realmente esta pintura?

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