Los Vegetales Orgánicos sembrados por ti son los mejores para la Salud
En la actualidad, es creciente el número de personas que están enfocadas “en llevar una vida sana” y por ende tratan de “buscar alimentos sanos, con un mayor valor nutricional y con menos químicos”, dice Esteban Almeida, fundador del emprendimiento ecuatoriano Natuarte Orgánico para ‘RT’.
Además, enfatiza: “La mejor forma de asegurarse del origen de tus productos orgánicos es sembrándolos tú mismo”.
De acuerdo al especialista, “la tecnología y los estudios científicos han demostrado que muchos de los productos que se usan en el agro son muy perjudiciales para la salud”.
Un ejemplo de ello es el glifosato, el herbicida más usado del mundo hasta la fecha, que la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC, por las siglas en inglés), dependiente de la Organización Mundial de la Salud, lo clasificó en 2015 dentro de la categoría 2A, que lo incluye en la lista de productos “probablemente cancerígenos en humanos”.
Almeida, con Natuarte, ha iniciado un proyecto de agricultura orgánica en terrazas en Quito, la capital de Ecuador, y partió con un piloto en la Universidad de las Américas (UDLA), que lo invitó a hacer jardines comestibles.
La agricultura orgánica, según define la ‘Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)’, “es un sistema de producción que trata de utilizar al máximo los recursos de la finca, dándole énfasis a la fertilidad del suelo y la actividad biológica”. Además, busca minimizar el uso de los recursos no renovables y no utilizar fertilizantes y plaguicidas sintéticos, a fin de proteger el medio ambiente y la salud humana.
El propósito de Almeida, además de contribuir con esas personas que buscan una vida sana, es aprovechar y “hacer que se vuelvan útiles” los espacios subutilizados.
Muchas veces —cuenta— “cuando las personas viven en un edificio no utilizan las áreas comunales como si fueran de ellos, sino que piensan que es un espacio de nadie”. En Quito, particularmente, dice, las terrazas las utilizan para tender la ropa.
En el caso del proyecto de la UDLA, se instaló un jardín vertical, cuya ventaja es que se pueden sembrar mayor número de plantas en un espacio reducido, es decir, “tener más producción en menos espacio”, comenta Almeida.
Por ahora, el jardín cuenta con flores comestibles, como miniclaveles y borrajas; albahaca, perejil crespo, ají, tomate, entre otras. El destino de estas plantas es la elaboración de los platos del departamento de gastronomía de la UDLA, a petición de los profesores chefs. La siguiente etapa del proyecto incluirá la siembra de café.
“El tema de la agricultura contenida para terrazas es algo que queremos que se pruebe que es efectivo. Tienes continuidad dentro de cosecha y producción”, explica Almeida, quien busca que “la gente se anime y pueda tener productos frescos en su hogar, al alcance de su mano”.