LO QUE NUNCA PODRÁ IGUALAR LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL DE LOS HUMANOS.
En las últimas semanas, se ha abierto un debate en torno a que en un futuro no muy lejano, los robots y la inteligencia artificial, podrían sustituir a los seres humanos en diversas tareas. Sin embargo, un reciente estudio, ha establecido cuatro rasgos y actitudes que jamás podrán ser igualadas por las máquinas, la primera de ellas es la generación espontánea. El ser humano es un espontáneo creador del todo. Una persona puede despertar un día e imaginar una idea, una historia o un poema, un pensamiento creativo. A partir de la historia personal, el ser humano crea nuevo conocimiento, nuevas historias y nuevas experiencias. Este rasgo, no puede ser igualado por una máquina que se rige por códigos de programación. Es decir; no puede por sí sola generar una idea extraordinaria. La segunda, es la que denomina el estudio como: La regla de la ética. La inteligencia artificial y las máquinas no tienen ética por sí solas, hay que inculcarla. Ellas sólo siguen parámetros preestablecidos, reglas claras y precisas de lo que deben hacer. No distinguen entre “Lo bueno y lo malo” El ser humano dispone de un reglamento (Constitución, leyes, religión, etc.) de lo que debe hacer, y también tiene claro lo que no debe hacer. Pero la ética es más que un reglamento, va más allá de una guía. La ética es, nada más y nada menos, el discernimiento entre el bien y el mal. El tercer rasgo, señala que; “La intención solo puede ser humana” la intención de la acción humana está relacionada con la moralidad. Al carecer de ética y de moral, la inteligencia artificial carece de intención. La intención sigue circunscrita al programador. A diferencia de lo que expone la ciencia ficción, las máquinas no pueden amanecer un buen día con la “Intención” de escribir un poema, crear una sinfonía, o un viaje al espacio. Simplemente espera órdenes de quien la controla y las ejecuta. Y el cuarto rasgo que jamás podrá ser igualado por la inteligencia artificial es del sentir: Remordimientos ni problemas psicológicos Las diferencias son claras. Las máquinas no tienen experiencias. No tienen historia. No tienen psicología ni problemas psicológicos. No tienen remordimientos de sus actos No aman ni son amadas. No sufren ni sienten dolor. No tienen opinión propia, porque nada les es propio. Aunque este estudio es más complejo, y nos deja en claro el papel de los seres humanos, seguramente habrá quien piense que en el futuro, y con el desarrollo de la inteligencia artificial, esta pueda “cobrar vida propia” y hasta generar sus propios sentimientos. Usted amigo lector de “Misterios Ocultos” ¿Cree que esto pudiera ocurrir?