Lago en Groenlandia desaparece en sólo 5 horas

Un grupo de investigadores ha empleado un dron para observar la rápida fractura y drenaje de un lago que se había formado sobre la capa de hielo de Groenlandia, fenómeno que afecta al movimiento de los glaciares. La capa de hielo que cubre Groenlandia es de aproximadamente un kilómetro de espesor y es normal que, durante el verano, parte de la superficie se derrita formando miles de lagos. Muchos de ellos desaparecen en unas horas debido a enormes aperturas que alcanzan la base de la capa helada por las que el agua de la superficie se precipita en enormes cascadas.

Es muy difícil observar el drenaje de lagos de primera mano, pero el grupo de glaciólogos del Instituto Scott de Investigación Polar de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) tuvieron suerte al llegar en el momento adecuado al glaciar Store en el noroeste de Groenlandia en julio de 2018. Pocos días después de su llegada, en el transcurso de cinco horas, dos tercios de los lagos o aproximadamente cinco millones de litros de agua desparecieron de la superficie por las fracturas. El equipo científico presentó imágenes captadas por un dron que muestran el antes y después del proceso: un óvalo azul oscuro se contrae hasta convertirse en uno más pequeño y de tonalidad más clara.

 

 

Tom Chudley, coautor del estudio publicado en la revista PNAS, dijo a AFP que los drones ayudan a “realizar mediciones de alta calidad en regiones de acceso peligroso para los científicos”. Utilizando un GPS incorporado en el dron, el equipo localizó y combinó miles de fotos para crear detalladas reconstrucciones tridimensionales de la superficie de la capa de hielo. El peso de los glaciares hace que se deslicen despacio hacia el océano, donde se despedazan en icebergs; lo que representa el 40% de la contribución de Groenlandia al alza del nivel del mar (el resto proviene del propio derretimiento de los glaciares).

El glaciar Store se desplaza 600 metros al año. El grupo, que también incluía a investigadores de la Universidad de Aberystwyth y la de Lancaster, descubrió que el drenaje repentino de los lagos temporalmente aumentó la velocidad de este avance de dos a cinco metros al día. Esto se debe a que el agua que se había filtrado hacia debajo del hielo sirvió de lubricante para el desplazamiento.

Lo aún más sorprendente fue que esta cantidad de agua elevó el glaciar 55 centímetros. El investigador, Tom Chudley, indicó una tendencia hacia el aumento de este tipo de lagos, tanto en cantidad como en tamaño, y su aparición en zonas más frías de la capa de hielo. “Potencialmente se está incrementando el número de los lagos que se drenan en nuevos lugares anteriormente no detectados”, advirtió Chudley.