Tutankamón fue uno de los más poderosos faraones del Antiguo Egipto, también fue el último monarca de su familia real en el final de la dinastía XVIII que gobernó entre los años 1334 y 1325 a. C. Su tumba fue descubierta por el abogado y financiero estadounidense Theodore Davis, en el año de 1922. De su interior, fueron extraídos una gran cantidad de artefactos prácticamente intactos, los cuales, permitieron ahondar más profundamente, en el misterio de la cultura egipcia, y en particular de este joven faraón. Entre estos objetos, hubo uno que hasta el día de hoy, había despertado el interés y curiosidad, ya que por su belleza, consistencia y características, la hacían una pieza única y singular. Esta era una daga dorada que después de un análisis pormenorizado sobre su composición, se ha logrado descubrir que tiene una composición adelantada a su época, ya que esta correspondería a la era del bronce, que de acuerdo a la historia y la arqueología, comenzó alrededor de 500 años después de su reinado. Es decir; que se trataría de un instrumento que estaría totalmente adelantado a su época. De acuerdo a la información, contiene un 11% de níquel y un 0,6% de cobalto.  Algunos especialistas, han señalado que el origen del material, del cual estaría compuesto la daga, pudo haber sido extraído de un meteorito; que generalmente traen consigo múltiples elementos ferrosos. Sin embargo, el misterio se acrecienta al observar la perfección con la que fue maleada y trabajada esta bella daga. La mitología egipcia describe la presencia de seres provenientes de las estrellas, que compartieron múltiples conocimientos y guía a los pobladores de esta región, por lo que no podríamos descartar la posibilidad de pensar, en que tal vez, este instrumento cortante, pudo haber sido un regalo de los Dioses.