Gobierno chino prohibe festejar la Navidad y adornar

Autoridades locales de al menos un condado y cuatro ciudades chinas habrían prohibido a sus residentes celebrar la Navidad e incluso exponer motivos decorativos navideños, informa ‘AP’, que cita a la población local. Asimismo, se informa que la fiesta ha sido restringida en al menos 10 escuelas.

La posición geográfica del país ha fomentado su diversidad religiosa y cultural. En China conviven las religiones tradicionales chinas, como el confucionismo y el taoísmo, con el budismo e incluso con el cristianismo y el islamismo. Sin embargo, una gran mayoría de la población no se identifica con ninguna religión, siendo agnósticos o ateos, como es el caso del gobernante Partido Comunista. Por esta razón, en China —como en la mayoría de los países asiáticos— la Navidad no está oficialmente reconocida como festividad. Sin embargo, las autoridades locales han tomado una postura dura en relación con cualquiera que tome parte en esta celebración cristiana.

En la ciudad de Nanyang, a unos 950 kilómetros al oeste de la ciudad de Shanghái, a los trabajadores de un centro comercial y de oficinas de 27 pisos les ordenaron que se deshicieran de sus decoraciones festivas. Según uno de los empleados del centro, todos los árboles y luces de Navidad desaparecieron sin dejar rastro en menos de 24 horas.

 

Las autoridades de la ciudad de Hengyang (provincia de Hunan) emitieron un aviso a través de su cuenta oficial en las redes sociales, en el que se advertía que se castigaría a cualquier persona que fuera vista participando en ventas o celebraciones navideñas que bloquearan las calles.

Y en Kunmíng, capital de la provincia de Yunnan, los agentes de la Policía difundieron por hoteles, bares y cibercafés de la ciudad una nota que rezaba: “queda prohibido colgar calcetines de Navidad, llevar gorros de Navidad, poner árboles de Navidad, etc.”

Según Zi Yang, experto de la Escuela de Estudios Internacionales S. Rajaratnam en Singapur, este tipo de “reacción local contra la Navidad es parte de un sentimiento más amplio desde que Xi tomó el poder”. El especialista sugiere que las restricciones de elementos culturales extranjeros como los de la Navidad se deben a la intención del líder chino de formar una imagen más atractiva del Partido Comunista, defendiendo las tradiciones nacionales y desafiando al mundo en constante cambio.

Mientras tanto, desde la muerte de Mao Zedong en 1976, China experimenta un crecimiento de seguidores del cristianismo, que parecen enfrentarse a cada vez más restricciones y cuya práctica religiosa sigue siendo fuertemente controlada por las autoridades gubernamentales.