Expertos revelan detalles de la “Última Cena”

A medida que el ayuno pascual va expirando, los cristianos vuelven, un año más, a la Última Cena de Jesús. Dado que la lista de los posibles platos de aquella cena ya fue elaborada hace tiempo, esta vez es el turno de vino. ¿Qué bebieron Jesús y sus discípulos?

El problema nos hace consultar el Evangelio y al mismo tiempo recordar que Jesús y sus discípulos eran judíos y observaban las tradiciones alimenticias transmitidas por la Torá.

Se menciona varias veces en la narración sobre la vida de Cristo que la cena que Jesús compartió con sus discípulos antes de ser crucificado coincidió con el ritual del jueves de la semana de Pésaj cerca del año 30 d.C.

El padre Daniel Kendall, profesor de Teología y Escritura de la Universidad de San Francisco, cree que las descripciones evangélicas apuntan a la cena del Séder, una de las noches de Pésaj, en la que el vino estaba presente.

“A diferencia de Juan el Bautista, Jesús sí tomó vino”, asegura el experto entrevistado por el portal neológico ‘Vivino’.

Aunque el vino se cultivaba en la región desde alrededor del 4000 a.C., no existen pruebas escritas de variedades de vid durante la vida de Jesucristo.

Por lo tanto, el lugar y la fecha de la última cena son cruciales para encontrar la respuesta sobre el tipo de vino que se sirvió en la Última Cena.

Los hallazgos arqueológicos indican que en aquel entonces, los vinos de poca acidez y concentrados eran populares en Judea, según el profesor adjunto de Antropología de la Universidad de Pensilvania y experto en la cocina antigua Patrick McGovern.

En Judea, región cercana a Jerusalén, donde se cree que tuvo lugar la última cena, fue descubierta una jarra con la siguiente inscripción: “Vino hecho con pasas negras”. Ello quiere decir que los viticultores del pasado pudieron haber usado uvas secas en la producción de bebidas dulces y densas. En zonas cercanas se descubrieron también jarras de “vino ahumado” y “vino muy oscuro”.

McGovern insiste en que aunque era habitual añadir agua al vino en aquel entonces, Jerusalén prefería vinos de poca acidez y concentrados.

Los caldos se solían mezclar con especias y frutas –canela, azafrán, granadas, mandrágoras, etc.- para mejorar el sabor. Además, se les añadía resina para prolongar la vida del vino.

“Podrían haber tomado algo parecido al actual Amarone, aunque no lo sabemos a ciencia cierta”, concluyó McGovern, aludiendo al vino hecho en el norte de Italia para el cual las uvas se secan sobre esteras de paja antes de ser enviadas a la prensa.

La única manera de obtener la fórmula exacta del vino que tomó Jesús es “hallar el Santo Grial y enviarlo a mi laboratorio”, bromea el experto.