El Planeta enano Ceres podría tener un Océano salado subterráneo

Antes de quedarse sin combustible, la sonda Dawn de la NASA finalizó su misión por el planeta enano Ceres con un acercamiento al cráter Occator, formado por un impacto hace 20 millones de años y de unos 90 kilómetros de diámetro. El análisis de la información recolectada pudo demostrar que no se trata de un cuerpo rocoso, sino de un mundo oceánico.

Ubicado en el cinturón de asteroides que se encuentra entre Marte y Júpiter, Ceres presenta en su superficie carbonato de sodio, que en la Tierra puede hallarse en la profundidad de los océanos. Por eso, los especialistas quisieron determinar cuál era su origen en el planeta enano. Para revelar esa cuestión, fueron analizadas las imágenes de alta resolución captadas por Dawn a una altitud de 35 kilómetros, que podrían registrar variaciones de gravedad en el cráter. Estas, combinadas con el modelado térmico, permitieron detectar cambios de densidad consistentes con un reservorio profundo de salmuera. Los resultados de las investigaciones fueron publicados en la revista ‘Nature Astronomy’.

Un segundo estudio, en el que fueron utilizados datos de gravedad, demostró que la corteza de Ceres es bastante porosa y que esa característica disminuye a medida que aumenta la profundidad del cráter, posiblemente debido a que la roca se mezcla con la sal. Aunque Occator tiene unos 20 millones de años de antigüedad, la sal presente en su parte superior es más ‘joven’. Incluso, las imágenes de alta resolución indican que los volcanes de hielo del planeta enano podrían haber estado activos hace 2 millones de años, un milenio después de que el calor del impacto se hubiera disipado, muestra de una fuente profunda de salmuera.

Esto se refuerza con otro descubrimiento, como es la presencia de hidrohalita, una sustancia de cloruro de sodio ubicada en la parte superior de uno de los puntos más brillantes de Occator. Se trata de un material cuya formación requiere de humedad y para deshidratarse demora entre decenas y cientos de años, lo que sugiere que debe haber brotado del interior de Ceres recientemente. Otra de las incógnitas era determinar si los depósitos de sal sobre la superficie fueron originados por distintas fuentes. Una respuesta a este interrogante es que el calor del impacto derritió gran cantidad de hielo dentro del cráter, generando un depósito brillante de sales. Luego, emergió la salmuera subterránea y generó un nuevo sitio luminoso, del que forman parte Cerealia Facula y Vinalia Faculae.

Toda la evidencia recolectada sobre la actividad que se desarrolla en Occator muestra la presencia de agua subterránea con alta concentración de sales, lo que coloca a Ceres entre los denominados mundos oceánicos, entre los que se encuentran el planeta enano Plutón y las lunas Europa, Ganimedes, Calisto, Titán, Mimas y Encélado. “Estos nuevos y emocionantes descubrimientos desde el final de su larga y productiva misión son un maravilloso homenaje a este notable explorador interplanetario”, aseguró Marc Rayman, del ‘Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA’.