Una de las raíces más utilizadas en la actualidad, por sus numerosas propiedades nutritivas es el jengibre.

El jengibre, llamado kión en los países andinos, (Zingiber officinale) es una planta de la familia de las zingiberáceas, cuya raíz está formada por rizomas horizontales muy apreciados por su aroma y sabor picante. La planta llega a 90 cm de altura, con largas hojas de 20 cm.

Crece en todas las regiones tropicales del mundo. Las variedades más caras y de mayor calidad generalmente proceden de Australia, India y Jamaica, mientras que las más comercializadas se cultivan en China y Perú, informa ‘Boletín Agrario’.

Dentro de las muchos usos del jengibre es el antiemético natural, es decir que ayuda a aliviar las náuseas, sobre todo para los primeros meses del embarazo por ser un suplemento beneficioso tanto para el feto como para la madre. También ayuda a lidiar con las dificultades de la quimioterapia para los pacientes que sufran de cáncer. Es altamente recomendable para aquellos que padezcan problemas digestivos como las gastritis, flatulencias o diarrea, entre otros. También funciona como protector estomacal, aunque no puede sustituir la medicación dedicada a esto.

Sin duda, es uno de los mejores auxiliares en el combate a enfermedades dolorosas o inflamatorias, y suele ser eficaz en problemas de artrosis, artritis o la fatiga crónica. También se suele consumir para aquellas personas frioleras o que tiene problemas para mantener la temperatura corporal, sobretodo en época invernal. Tiene un componente calorífico muy potente.

Aunque es ampliamente conocido por ayudar a acelerar el metabolismo y mejora la circulación, de manera que es un complemento ideal por si necesitamos perder peso. Las propiedades de los gingeroles son beneficiosos para prevenir el cáncer de colon. Sus efectos parecen inhibir el crecimiento de las células cancerígenas en esta zona, afirma ‘Psicología y Mente’.