El cráter Chicxulub fue una Cuna para la Vida

Cuando un asteroide de 10 kilómetros de ancho se estrelló contra el golfo de México hace 66 millones de años, causó la extinción de más del 75 % de las especies de la Tierra, incluidos los dinosaurios. Pero en unos pocos años la vida regresó al cráter, según un nuevo análisis de sedimentos en el enorme orificio, que fue publicado en la revista ‘Nature’.

Como parte de un esfuerzo por comprender cómo responden los planetas a los grandes impactos, un equipo de científicos perforó en 2016 el cráter Chicxulub (al norte de Yucatán) de 180 kilómetros, la única estructura de impacto vinculada al evento de extinción global. El equipo extrajo cientos de núcleos de sedimentos. Un núcleo, tomado aproximadamente de 600 metros por debajo del fondo marino moderno contenía 76 centímetros de piedra caliza parda.

Chris Lowery, un paleoceanografista del Instituto de Geofísica de la Universidad de Texas, y sus colegas comenzaron a analizar los finos granos de sedimentos que componían la piedra caliza. Calcularon que los granos se depositaron en el fondo del mar rápidamente después del impacto, en solo unos pocos años. En las capas de piedra caliza, los investigadores encontraron numerosos fósiles y cavidades, evidencia de pequeños gusanos, criaturas con conchas conocidas como foraminíferos, y plancton. Significa que la vida estaba de vuelta en ese lugar de catástrofe.

¿Pero cómo colonizó tan rápido la vida la zona cero de Chicxulub? No tiene nada que ver con la magnitud del impacto o el tamaño del cráter, según Lowery. En cambio, el factor decisivo puede haber sido la forma del cráter. El flanco noreste de Chicxulub estaba abierto al golfo de México, lo que permitió que el agua profunda que transportaba nutrientes circulara por todo el cráter, de acuerdo con el estudio.

Lowery y sus colegas sugieren que el impacto de Chicxulub contiene lecciones sobre la vida marina en la actualidad, que está amenazada por el agotamiento del oxígeno, la acidificación de los océanos y el aumento de las temperaturas. “Probablemente sea el único evento que ocurrió más rápido que el cambio climático moderno y la contaminación”, señala Lowery. “Podría ser un análogo importante para la recuperación de la biodiversidad después de que finalmente reduzcamos las emisiones de dióxido de carbono y la contaminación”