El atole de maíz, también conocido como atole blanco o de masa, es una de las bebidas que nos heredaron nuestros antepasados desde la época prehispánica; era empleado en rituales, ceremonias y como medicina para aliviar algunos malestares. Pero no sólo era una bebida ritual, sino que se preparaba a diario para los niños y para dar energía a los adultos en las largas jornadas de trabajo.

De acuerdo con ‘Cocina Delirante’ el atole de masa, tiene las propiedades nutricionales del maíz: rico en fibra, contiene antioxidantes, potasio, magnesio, fósforo y zinc, así como vitamina B1 y B7. Aporta energía, pues contiene apenas 123 calorías por cada 100 gramos de maíz cocido. Es recomendable (sin leche) para aquellas personas que son intolerantes a la lactosa. Es ideal para aquellos que están bajo alguna dieta líquida.

Esta bebida, tiene una textura espesa, hecha a partir de una masa de maíz molida, disuelta en agua con piloncillo y que es cocinada sobre el fuego sin dejar de mover para evitar que se pegue. Esta forma de prepararlo es también la base para elaborar otros atoles, solo basta con añadirle alguna fruta molida (guayaba, fresa, piña). En algunas comunidades rurales e indígenas, el atole a veces resulta ser el único alimento que consumen a lo largo del día. Mientras que en varias ciudades, este es parte del desayuno, debido a que es el gran acompañante de los tamales, informa el diario ‘El Siglo de Durango’.