Ejercicios militares de la OTAN provocan la muerte de Marsopas
Al menos 18 marsopas murieron durante los preparativos de la OTAN para los ejercicios navales Northern Coasts 2019 en el mar Báltico, cuando fueron explotadas 42 minas de la Segunda Guerra Mundial, informó el sitio web de la organización conservacionista alemana ‘NABU’ el sábado 23 de noviembre.
El informe detalla que en agosto de 2019 la Armada teutona detonó 42 minas en aguas territoriales alemanas en el mar Báltico, 39 de ellas en una reserva natural en el estrecho de Fehmarnbelt. Asimismo, se indica que las explosiones dejaron cráteres de 5 metros de ancho por uno y medio de profundidad en arrecifes estrictamente protegidos, y destruyeron la mayoría de los organismos vivos en un radio de 10 a 30 metros. “Nadie sabe aún cuántas marsopas fueron realmente heridas o muertas durante la temporada de reproducción. Se descubrieron 18 cuerpos de estos mamíferos marinos estrictamente protegidos durante el período en cuestión […]”, reza el comunicado.
Kleine Anfrage der @Die_Gruenen bestätigt jetzt dramatischen Umweltschaden im Fehmarnbelt. NABU verurteilte Minensprengungen im Sommer als Verstoß gegen das Bundesnaturschutzgesetz. Eine Räumungsstrategie von Munitionsaltlasten ist schon längst überfällig. https://t.co/hUojF1tkeA
— NABU e.V. (@NABU_de) November 23, 2019
La organización ambientalista enfatizó que la falta de participación de las autoridades federales de conservación de la naturaleza es una violación de la Ley Federal al respecto, puesto que la OTAN no coordinó sus acciones con ambientalistas con el fin de ahorrar dinero. Las actividades de destrucción de minas se llevaron a cabo antes de los ejercicios Northern Coasts 2019 que se celebraron en septiembre de este año en inmediaciones de la península de Jutlandia. En los ejercicios participaron 3.000 uniformados y casi 40 buques de guerra de 18 países miembros de la Alianza.
Más de 1,6 millones de toneladas de municiones de la Segunda Guerra Mundial yacen como un legado mortal en el mar del Norte alemán y el mar Báltico. Los núcleos de estas municiones se están corroyendo y las toxinas peligrosas se acumulan en la flora y fauna marina, llegando a los humanos a través de la cadena alimentaria.