Drones pronosticarán erupciones Volcánicas

Un equipo internacional de vulcanólogos, químicos e ingenieros decidió adoptar la tecnología de observación mediante drones para estudiar el papel de las emisiones volcánicas en el ciclo global del carbono. Así, el volcán Manam, situado en Papúa Nueva Guinea, les permitió entre 2018 y 2019 poner a prueba sus nuevas capacidades en distintas fases de actividad, estudio del cual difunden ahora los resultados en un artículo publicado en la revista ‘Science Advances’ a finales de octubre.

Al combinar mediciones realizadas desde el aire, la tierra y el espacio, se pudo aprender bastante más sobre uno de los cráteres volcánicos más inaccesibles y altamente activos del planeta. Según ya habían demostrado estudios anteriores, el Manam se encuentra entre los mayores emisores de dióxido de azufre del planeta, pero poco se sabía de las fumarolas de dióxido de carbono que emergen de sus dos chimeneas (el cráter principal y el del sur). Calcular la relación entre los niveles de azufre y CO2 en las emisiones de un volcán es fundamental para estimar la probabilidad de que se produzca pronto una erupción, puesto que se trata de datos que ayudan a los vulcanólogos a establecer a qué profundidad se encuentra el magma.

En volcanes tan peligrosos y constantemente activos como este, los drones son la única forma de obtener de manera segura muestras de sus flujos de gases y humaredas. Sin embargo, no significa que sea fácil: es también complicado dirigir vuelos de esas aeronaves no tripuladas más allá del límite de visibilidad, algo que exigió al equipo ciertas mejoras e innovaciones tecnológicas. Las mediciones deben recolectarse muy cerca de los respiraderos activos y esto lo hizo posible la tecnología apropiada, que incluye miniaturizados sensores de gas, espectrómetros y dispositivos de muestreo que se abren y se cierran automáticamente. Equipados con tales herramientas, los drones pudieron llegar a seis kilómetros de la cima del Manam y efectuaron ascensos verticales de más de tres kilómetros para tomar muestras aéreas que posibilitaran un rápido análisis químico en el lugar.

El objetivo es anticipar una proxima erupción, a fin de proteger vidas humanas y evitar daños económicos. Según recuerda un comunicado que da cuenta de este reciente estudio, las últimas grandes erupciones del volcán Manam, producidas en los años 2004 y 2006, devastaron gran parte de la isla donde se encuentra y obligaron a evacuar a miles de personas hacia la isla principal, al tiempo que los cultivos que había en la zona resultaron destruidos y las fuentes de suministro de agua quedaron contaminadas.