Dos tazas de Café diarias podrían controlar el Nivel de Glucosa

La diabetes de tipo 2, la más frecuente, puede prevenirse con unos hábitos de vida saludables: manteniendo un peso correcto y haciendo ejercicio. Pero la cafeína también parecer jugar un papel en la ecuación. Diversos estudios han mostrado que la gente que consume café tiene un riesgo entre un 23 y un 50% menor de padecer diabetes. Hay investigaciones que elevan este efecto hasta un 67%. El por qué ocurre esto no acaba de estar claro, pero hay suficientes investigaciones para afirmar que, sea como sea, el café parece prevenir la aparición de la enfermedad, informa ‘El Confidencial’.

La cafeína está presente en la mayoría de suplementos alimenticios que, se supone, nos ayudan a adelgazar. Es una de las pocas sustancias naturales que ayudan a la quema de grasas. La única mala noticia, es que estos efectos positivos de la cafeína van disminuyendo en los grandes bebedores.

Tomar una taza de café después del desayuno y otra después de la merienda podría ser suficiente para que los diabéticos mantengan bajo control el nivel de glucosa. Sin embargo, no es que la bebida tenga un efecto inmediato sobre la diabetes, sino que la cafeína es una herramienta que activa células productoras de insulina implantadas previamente en el organismo.

La novedosa tecnología ha sido desarrollada por un equipo científico suizo, que para el momento solo la ha aprobado en diez ratones de laboratorio. Los animales, con una diabetes tipo 2 inducida, tenían implantadas algunas células de riñón humano, diseñadas y ‘adiestradas’ para producir insulina. Además, les habían agregado un receptor para administrar el fármaco cuando la cafeína estaba presente en la sangre.

Un artículo publicado esta semana en la revista ‘Nature’ resume los resultados de este experimento, que pueden considerarse prometedores. Los ratones, por supuesto, no bebieron el café en tacitas, sino que lo ingirieron inadvertidamente mezclado con su comida. La producción inducida de insulina fue suficiente para asegurar que los niveles de azúcar se mantuvieran estables.