Descubren inusuales Estructuras en fósiles de 80 millones de años

Científicos de la Universidad de Australia Occidental y la Universidad de Cambridge han hallado fortuitamente estructuras huecas con forma esférica en fósiles de 80 millones de años de especies que se cree están relacionadas con estrellas de mar y erizos de mar, según un comunicado del 12 mayo de la ‘Universidad de Australia Occidental’. El casual descubrimiento descubrimiento se produjo estudiando las colecciones de museos del Reino Unido.

Estas estructuras geométricas de carbono de varias caras, llamadas fullerenos, fueron halladas en dos especies: el ‘Uintacrinus socialis’ y el ‘Marsupites testudinarius’. Los científicos creen que estas las estructuras podrían haber actuado con un doble objetivo: como una cámara de flotabilidad para permitir que estos organismos crinoideos se movieran en el agua de mar y también como una forma de protección, según su estudio publicado en ‘Palaeontology’.

El investigador adjunto de la Facultad de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Australia Occidental, Aaron Hunter, —coautor del estudio— dijo que los crinoides se encontraban en un lugar muy peligroso hace millones de años cuando los océanos eran menos profundos y compartían espacio con depredadores como cangrejos y peces. “La supervivencia fue crítica y las estructuras en forma de bola, capaces de soportar cargas muy pesadas, se formaron a su alrededor para protegerlas de los daños del océano y ayudarles a flotar”, explicó Hunter.

“Es la primera vez que encontramos una estructura de este tipo en fósiles”, destaca Hunter. “Esta configuración se encuentra también en la molécula de carbono ‘buckminsterfullereno’”, explica el investigador en referencia a una molécula de fullereno que fue llamada así por el arquitecto Buckminster Fuller, quien popularizó una estructura de forma similar (cúpula geodésica) en la década de los 40 del siglo pasado. “Sigue siendo un misterio por qué estas estructuras exitosas no evolucionaron nuevamente”, dijo Hunter, considerando su potencial de resistir la mordedura de un depredador.