Crean Robots nadadores para explorar mares Extraterrestres

Científicos de la Universidad de Bristol, se han basado en la forma y metabolismo de un misterioso zooplancton, para desarrollar una serie robots submarinos. Estas unidades robóticas llamadas RoboSalps, han sido diseñadas para operar en entornos desconocidos y extremos, como los océanos extraterrestres.

Aunque los salps se parecen a las medusas marinas. Sin embargo, con sus cuerpos semitransparentes en forma de barril, se construyeron pensando más en la criaturas marinas llamadas salpas o sálpidos. Los cuales, se desplazan por contracción, bombeando agua a través de su gelatinoso cuerpo. Las salpas fuerzan el paso del agua bombeada, a través de sus filtros alimentarios internos, comiendo el fitoplancton que filtra del agua. Criaturas que pueden sobrevivir como entidades solitarias y también agregadas, donde se reúnen para formar colonias.

Por su parte, los RoboSalps tienen cuerpos tubulares y ligeros. También, pueden vincularse entre sí para formar colonias, lo que les da nuevas capacidades que solo se pueden lograr si trabajan juntos. La investigadora Valentina Lo Gatto, del Departamento de Ingeniería Aeroespacial de Bristol, está liderando el estudio. La científica afirmó que RoboSalp es el primer robot modular inspirado en criaturas microscópicas. Cada módulo está hecho de una estructura tubular suave, muy ligera, y con una hélice de dron que les permite nadar.

Estos módulos simples se pueden combinar en colonias, que son mucho más robustas, y tienen el potencial de llevar a cabo tareas complejas. Debido a su poco peso y robustez, son ideales para misiones de exploración submarina extraterrestre, por ejemplo, en el océano subterráneo de la luna de Júpiter, Europa. Los RoboSalps son únicos, ya que cada módulo individual puede nadar por sí solo. Esto es posible debido a un pequeño motor con palas de rotor, normalmente utilizadas para drones, insertados en la estructura tubular suave.

Cuando nadan por su cuenta, los módulos de RoboSalps son difíciles de controlar, pero después de unirlos, formando colonias, se vuelven más estables y muestran movimientos sofisticados. Además, al unir varias unidades, los científicos obtienen automáticamente un sistema redundante, lo que lo hace más robusto contra el fallo. Si un módulo se rompe, toda la colonia todavía puede moverse.