Científicos revelan los Secretos de la Vida Submarina en Antártida
El estudio del genoma de ciertas especies de peces antárticos ha ayudado a un grupo de científicos a comprender cómo estos animales son capaces de sobrevivir en las aguas bajo cero del continente helado.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Nature Ecology & Evolution, los investigadores del Instituto de Investigación Polar de Corea analizaron el genoma del draco antártico o pez de hielo austral (‘Chaenocephalus aceratus’), que posee una característica única que lo distingue de otros vertebrados. Y es que su cuerpo carece de glóbulos rojos en funcionamiento, que generalmente son los responsables de transportar el oxígeno. La ausencia de estos glóbulos se ve compensada por un corazón de gran tamaño, un potente sistema vascular y glucoproteínas que funcionan como anticongelantes.
Utilizando la genómica comparativa, los científicos identificaron procesos que ocurrieron hace 77 millones de añosy encontraron genes que contribuyeron a la adaptación evolutiva al frío y a las altas concentraciones de oxígeno de las frías aguas de la Antártida.
Como resultado, quedó claro cómo las proteínas anticongelantes protegen el cuerpo de los peces, mientras que las proteínas resistentes al frío ayudan a proteger a los embriones. El análisis también reveló que algunos de los genes de regulación circadiana desaparecieron en el pez de hielo. Esto sugiere que el ciclo día-noche en la Antártida, donde el sol nunca se pone en verano y no sale en invierno, limita la utilidad de la regulación circadiana.
Según los investigadores, este descubrimiento permite entender mejor cómo la vida puede adaptarse incluso a las condiciones más severas y adversas.
“El genoma del pez de hielo ofrece un elegante modelo natural para facilitar la exploración de las contribuciones genómicas a una amplia gama de características evolutivas, ecológicas, metabólicas, de desarrollo y bioquímicas de los peces antárticos, ya que se adaptaron a las temperaturas extremadamente bajas, los altos niveles de oxígeno y la muy fluctuante duración del día de la Antártida”, afirman los científicos.