Científicos plantean cómo surgió la vida
Un equipo de físicos y biólogos alemanes ha descubierto un sencillo mecanismo que podría haber permitido que unas gotas líquidas simples evolucionaran hacia convertirse en células vivas dentro del caldo primigenio de la Tierra. Los investigadores publicaron los resultados de su trabajo en la revista ‘Nature’.
El bioquímico ruso Alexánder Oparin, el primero en proponer la existencia de un caldo primigenio caliente que sirvió de fuente para los primeros comienzos de la vida, sugirió en 1924 que estas protocélulas misteriosas podrían haber sido unas gotas líquidas.
Según su teoría, estas se constituyeron en unos recipientes sin membrana formados naturalmente que concentraban productos químicos y por lo tanto alimentaban reacciones. Pero ni él ni nadie más logró explicar cómo estas gotas simples podían haber proliferado, crecido y evolucionando hasta convertirse en las primeras células vivas.
Ahora, un nuevo trabajo de David Zwicker con investigadores de la Sociedad Max Planck (Alemania) propone otra explicación. Estos científicos estudiaron la física de pequeñas gotas “químicamente activas”, que reciclan componentes químicos dentro y fuera del líquido circundante y descubrieron que estas gotitas tendían a crecer hasta alcanzar el tamaño de células y se dividían al igual que ellas.
Este comportamiento de “gotitas activas” difiere de las tendencias pasivas habituales de las gotas de aceite en el agua, que se agrupan en gotas cada vez más grandes y nunca se dividen.
Si las gotitas químicamente activas pueden crecer hasta un tamaño determinado y dividirse por sí mismas, esto “hace más plausible la idea de que hubo un surgimiento espontáneo de la vida a partir del caldo”, explica el biofísico Frank Jülicher, uno de los autores de la investigación.
Este hallazgo puede ayudar a dibujar el posible escenario del comienzo de la vida si se explica “cómo las células hicieron hijas”, declara David Zwicker, el autor principal del trabajo e investigador postdoctoral en la Universidad de Harvard. “Esta es, por supuesto, la clave si se estudia la evolución”, añadió.