Científicos comprueban hecho Bíblico de la Crucifixión de Jesucristo

La ciencia cada vez más, parece confirmar que la Biblia siempre ha tenido la razón. Con motivo de este viernes Santo, día en que conmemoramos la pasión y muerte de Jesucristo, un reciente estudio realizado por un equipo internacional de científicos, confirmó un extraordinario fenómeno, relatado en el Evangelio según San Mateo. En el versículo 50 y siguientes, del capítulo 27 de San Mateo, se relata que justo en el momento en que Jesús fallece, ocurrió un gran terremoto, informó El Tiempo.

Evangelio según San Mateo, versículos 50 a 54: “Pero nuevamente Jesús dio un fuerte grito y entregó su espíritu. En ese mismo instante la cortina del Santuario se rasgó de arriba abajo, en dos partes. La tierra tembló, las rocas se partieron, los sepulcros se abrieron y resucitaron varias personas santas que habían llegado ya al descanso. Estas salieron de las sepulturas después de la resurrección de Jesús, fueron a la Ciudad Santa y se aparecieron a mucha gente. El capitán y los soldados que custodiaban a Jesús, al ver el temblor y todo lo que estaba pasando, se llenaron de terror y decían: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios.»”

Ahora, el reciente estudio publicado en la Revista Internacional de Geología, examinó dichos pasajes bíblicos, para determinar su veracidad.

Para ello, los científicos Jeffeson Williams del Supersonic Geophysical, Markus Schwab y Achim Brauer, del Centro de Investigación alemán de Geociencias, buscaron rastros del terremoto en el mar Muerto, analizando cada una de las capas sedimentarias que conformaron estacionalmente el fondo de Ein Guedi, un oasis ubicado en la ribera oeste del mar Muerto y a 70 kilómetros de Jerusalén.

Los investigadores encontraron sedimentos deformados, indicando que hubo un terremoto alrededor del año 31después de Cristo, con una precisión de más o menos cinco años. Una vez que consideraron los datos geológicos, evaluaron los registros históricos de movimientos telúricos que coincidieran con los de la Biblia. Y encontraron que la única parte donde hay registro de un potencial terremoto, es en los pasajes bíblicos de San Mateo.


Los sedimentos estudiados concluyeron que sí ocurrió un terremoto local entre el 26 y el 36 después de Cristo, lo suficientemente enérgico como para deformar los sedimentos en Ein Gedi. Por lo que coincide con la fecha de la muerte de Jesús, confirmando con ello el Evangelio según San Mateo.