Cempoalxöchitl, Flor de la Muerte y la Vida

Es la flor de la muerte, porque crece silvestre durante octubre y noviembre en muchos sitios de la República Mexicana y su colorido, resistencia y variedad la hace perfecta para dar vida a los altares de celebración a los difuntos, desde tiempos prehispáncos, pues se han hallado partículas de polen coicidentes en ofrendas mortuorias mesoamericanas de 1200 años de antigüedad hasta nuestros días. Es la flor con forma y color del padre Sol, que da luz en la oscuridad, es guía del camino.

Sin embargo la tradición etnoherbolaria, también milenaria, le adjudica propiedades digestivas, antioxidantes, analgésicas, antiflamatorias, antibacterianas y fungicidas, protectora del hígado, pulmones, estómago, y antidepresiva.

Se emplean en cocimiento (infusión o té) todas sus partes tanto hojas, tallo y flores, hirviendo por 6 minutos y colando o tamizando, se endulza muy poco con azúcar morena o miel y se bebe de caliente a tibio para aliviar el empacho, la inflamación del estómago, para bajar el nivel de oxidación celular, aliviar tos y catarro, provoca la orina y tomado mensualmente por las mujeres regula la puntualidad de la menstruación, reduce la inflamación posparto y los cólicos menstruales además de ser desparasitante.

Se usa cocimiento de los pétalos de la flor para curar hongos, heridas, verugas, llagas y quemaduras en la piel. Los mismos pétalos de la flor son comestibles y aderezan los guisos y salsas.

Si se cultiva en un rincón de la casa, repele plagas nocivas para otras plantas, por eso se le llama la flor escudo.