Captan por Primera vez una Partícula Fantasma del Espacio
Un grupo de científicos norteamericanos ha captado por primera vez desde la Tierra un neutrino o ‘partícula fantasma’ proveniente del espacio profundo, según queda reflejado en dos artículos publicados este viernes en la revista científica ‘Science’.
La partícula en cuestión se desplazó millones de años luz a través del cosmos antes de llegar a nuestro planeta, donde un grupo de científicos cazadores de neutrinos esperaba a poder ver una partícula como esta en algún momento. Un detector gigante ubicado en la Antártida localizó al neutrino, que había sido arrojado al espacio por un blazar, una fuente de energía compacta y altamente variable asociada a un agujero negro.
Aunque los científicos han detectado las escurridizas partículas en la Tierra, el hallazgo es importante porque se trata de la primera detección de este tipo de partículas que llega a nuestro planeta desde una poderosa fuente del espacio profundo.
Los científicos la denominan ‘partícula fantasma’ porque “pueden viajar a través de cualquier cosa”, explica Lidley Winslow, físico del Michigan Institut of Technology (MIT, por sus siglas en inglés).
Asimismo, Darren Grant, físico de la Universidad de Alberta, asegura que la partícula “no deja ningún rastro” allí por donde pasa. Grant asegura que, aunque los neutrinos están a nuestro alrededor, son increíblemente difíciles de detectar. Científicos como Winslow o Grant sospechaban que las formas altamente energizadas de dichas partículas, más pequeñas que un átomo, podrían ser creadas por fuerzas potentes en el cosmos distante y luego arrojadas al espacio.
El IceCube, la herramienta utilizada para llevar a cabo la detección, es un cubo de hielo de un kilómetro ubicado a unos 2.500 metros bajo la Antártida, que ha sido equipado con más de 5.000 tubos de detección. La idea era construir un detector masivo y esperar que un neutrino del espacio profundo colisionara con el instrumento científico.
Durante años, los científicos han estado midiendo ráfagas de potente energía del cosmos profundo, los llamados rayos cósmicos galácticos, que golpean la atmósfera de la Tierra. Su teoría era que una fuente muy potente en el espacio profundo producía dichas ráfagas, así como los neutrinos, hasta que finalmente dieron con la solución: los blázares.
Winslow recalca que los neutrinos son una herramienta clave “para comprender mejor las cosas maravillosas y extrañas que existen [en el universo]”, como por ejemplo los blázares. A medida que el gas y el polvo caen en un agujero negro masivo en el centro de una galaxia, expelen parte de esta materia hacia el exterior, siendo propulsada por ambos lado del agujero negro en forma de dos enérgicos chorros.
En ocasiones, alguno de estos chorros llega a la Tierra. Detectándolos, algo que solo es posible cuando se encuentran muy cerca de otra pequeña partícula e interactúan con ella, los científicos pueden estudiarlos y, de esa forma, entender mejor qué hay en los ya mencionados blázares.
Después de captar el neutrino en cuestión, los investigadores, con la ayuda de telescopios que miden diferentes tipos de radiación de luz, descubrieron que el origen de dicha ‘partícula fantasma’ se encuentra en un agujero negro supermasivo que arroja chorros de energía. Una vez propulsado dicho neutrino, viajó hasta nuestro Sistema Solar sin que las poderosas energías gravitacionales del espacio lo perturbaran en ningún momento, debido a su flexible naturaleza.