Aguas subterráneas tienen la clave de la Vida Extraterrestre
El agua atrapada bajo la superficie de la Tierra durante millones de años podría contener las claves para desentrañar los secretos de la vida extraterrestre. Ya que en las profundidades de una cordillera alpina, un equipo internacional de investigadores está buscando formas de vida exóticas que puedan sobrevivir en otros planetas.
El túnel de Bedretto es una forma de acceso en desuso a un túnel ferroviario, debajo de la imponente cordillera de Saint-Gotthard en los Alpes suizos. En lo profundo de la imponente masa de granito, la geobióloga Cara Magnabosco y su equipo, recoge muestras de agua que no han visto la luz del día, durante millones de años. En esas muestras, los científicos buscan microorganismos antiguos que son bastante diferentes de los que se encuentran en la superficie de la Tierra.
A diferencia de la mayor parte de la vida actual, estos microorganismos no necesitan oxígeno para sobrevivir, lo que hace creer a los investigadores que podrían parecerse bastante a los que surgieron por primera vez en nuestro planeta hace más de 3.500 millones de años. Cuando la atmósfera de la Tierra tenía poco oxígeno. Pero Magabosco no es solo la busca rastros de los primeros días de la vida en la Tierra. Ella cree que esos habitantes del interior de la montaña húmeda, podrían enseñarle sobre la vida en otros cuerpos del sistema solar, como Marte o las lunas cubiertas de hielo de Saturno y Júpiter, y mostrarle cómo encontrarlas.
“Esencialmente, queremos entender cuáles son los productos de un planeta cuando no hay vida, como las reacciones de agua y roca. Además de comparar eso con las firmas donde la vida está presente”. “Podemos estudiar eso bajo tierra. Podemos llegar al punto en el que no hay vida y mirar los productos y luego ver cómo cambian estos productos cuando hay vida”. Aseguró la profesora de geobiología en el Instituto Federal Suizo de Tecnología de Zúrich.
Los cambios pueden ser apenas notables. Por ejemplo, los científicos saben que los organismos vivos producen metano, aunque también lo hacen muchos procesos geológicos. Pero el metano que es un subproducto de la vida, puede parecer diferente al gas puramente geológico. Puede contener diferentes isótopos, formas del mismo elemento químico con un número diferente de neutrones en su núcleo. Los científicos razonan que aprender a distinguir entre esas diferencias isotópicas en la Tierra, les ayudará a desarrollar herramientas y técnicas para hacer lo mismo en otras partes del sistema solar.
No es solo el metano lo que puede revelar el secreto de un planeta o de una luna. Hay toda una gama de elementos químicos que interesan a los científicos, incluyendo carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre. “El metano ha sido extremadamente bien estudiado, pero por ejemplo, el sulfato también es muy grande para la microbiología en estos entornos extremos”. “Y también cosas como los nitratos y el amoníaco, esas son todas cosas que la vida en la Tierra usa todo el tiempo, son los elementos clave del ciclo de vida”, añadió la científica.
El agua en la que Magnabosco busca a los microbios, puede aparecer a primera vista como el agua que común. Pero los instrumentos científicos sensibles revelan que el líquido es de hecho, muy diferente. Atrapada a kilómetros por debajo de la superficie del planeta por fallas geológicas y fracturas, el agua antigua es más salada, y tiene menos oxígeno disuelto que las aguas muy por encima. Por otro lado, los científicos pueden detectar más hidrógeno y trazas de metano en estas muestras subterráneas. El agua que gotea de las paredes del túnel de Bedretto, no tiene más de 300 millones de años, pero en otras partes del mundo, como Canadá y Sudáfrica, se han encontrado depósitos más profundos, que tienen hasta mil millones de años. Los microbios atrapados en tales aguas han evolucionado sin contacto con la superficie del planeta, durante más de una cuarta parte del tiempo que ha existido vida en la Tierra.
“Queremos entender cómo llegaron los organismos allí, cómo evolucionaron y cómo continúan sobreviviendo”. “Han estado aislados de la superficie durante mucho tiempo y no han tenido aportación alguna de la fotosíntesis o el oxígeno”. Concluyó la investigadora. Dado que es poco probable que las condiciones de otros cuerpos del sistema solar hagan que sea fácil para cualquier forma de vida sobrevivir, los geobiólogos esperan que aprender cómo funciona la vida en el borde de la supervivencia bajo la corteza terrestre, les diga dónde y cómo buscar sus huellas en otros lugares del sistema solar.