¿México podría esperar otro devastador Terremoto?
“Ningún centro sísmico del mundo puede predecir los terremotos”, contesta a ‘RT’ la geóloga Irene Pérez, quien se desempeña como investigadora en el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPreS) de Argentina. En las últimas horas, se hicieron públicas las opiniones de especialistas que destacaron que podría producirse un nuevo evento de similares características entre los estados mexicanos de Guerrero y Michoacán, y otro que afecte desde Jalisco, Colima y Nayarit hasta las islas Marías, en el océano Pacífico. Además, algunos medios masivos difunden que lo peor está por venir. ¿Hay motivos para preocuparse?
Pérez aclara que esas opiniones son suposiciones, ya que en esta área de estudio solo se pueden anticipar a los sucesos con aproximaciones imprecisas: “Guerrero es una zona que no ha registrado terremotos en los últimos tiempos. Está rodeado por un segmento de costa que estuvo marcado por el terremoto de 1943 —porción noroeste— y otro en 1962 —al sureste—. En el medio se encuentra esta brecha, denominada de ‘silencio sísmico’, porque no ha roto en todo este tiempo. Todavía no soltó energía, está acumulándola y en algún momento la va a liberar. Se puede hacer una conjetura inexacta de que eso correspondería a un nuevo terremoto. Pero aunque esperen que sea de magnitud mayor a 8,2, no lo podríamos asegurar”.
Según explica la experta, si hay antecedentes de sismos con magnitudes cercanas a 8,2, como el último caso en México, se puede esperar otro cataclismo con las mismas condiciones. A pesar de no coincidir con la información citada por otros portales de noticias, donde difunden que un terremoto más importante se aproxima, resalta que “sí pueden seguir habiendo réplicas, cada vez más leves y espaciadas en el tiempo”, pero destaca: “Es posible que se registren movimientos más fuertes en el estado de Chiapas”.
Para que no queden dudas, la encargada de monitorear los movimientos sísmicos reitera que frente a estos sucesos “la predicción no existe”, y explica: “No hay un parámetro físico medible que registre un antecesor a un sismo importante”. Sin embargo, dice Pérez, puede obtenerse cierta información temporal que permita saber cómo se acumula la energía entre las placas tectónicas, por ejemplo, conociendo su velocidad de desplazamiento. Estos mecanismos de medición son muy utilizados en Chile y Japón, que padecen temblores con frecuencia. “Así podemos aproximarnos, pero no sabremos cuándo va a suceder; es imposible poner una fecha”, resalta.