LA CAÍDA DE BASURA ESPACIAL ESTA CAMBIANDO LA ATMÓSFERA EN LA TIERRA.

En medio del constante desarrollo de la industria espacial, cada vez surgen más noticias acerca de la presencia de objetos humanos fuera de la atmósfera terrestre. Esta situación sugiere inevitablemente que en las próximas décadas habrá un aumento significativo en la cantidad de cohetes y satélites orbitando alrededor de la Tierra. Por este motivo, esta tendencia viene suscitado la preocupación entre numerosos científicos, quienes se cuestionan acerca de las implicaciones que esto podría tener para nuestro planeta.

Recientemente, científicos que investigan la estratosfera han descubierto que, además del “polvo espacial” meteórico, la atmósfera, a más de 11 kilómetros por encima de la superficie, está plagada de contaminación metálica –en forma de partículas que contienen diversos metales– procedente de satélites, estaciones espaciales y cohetes que abandonan la Tierra y se queman al volver a entrar en la atmósfera. Los científicos advierten que esta presencia de metales en la estratosfera podría alterar la composición de nuestra atmósfera de maneras que aún no comprendemos completamente. Por esta razón, el equipo de investigación liderado por el físico Daniel Murphy, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), está instando a la realización de investigaciones exhaustivas sobre los efectos del vapor de metal en la atmósfera y a proyectar cómo evolucionará con el tiempo. Los efectos en la Tierra, aunque desconocidos hasta ahora, podrían ser variados. Según informa Science Alert, la presencia de estas partículas podría influir en la forma en que el agua se congela en hielo en la estratosfera y alterar el tamaño de las partículas de aerosol estratosférico. Además, podrían provocar la deposición de sales en las partículas de aerosol y modificar la refracción de la luz en la estratosfera. Aunque estos cambios parezcan sutiles, los investigadores sostienen que podrían desencadenar consecuencias imprevistas que necesitan una investigación exhaustiva. Es probable que la contaminación provocada por satélites aumente a medida que se lancen más satélites comerciales al espacio. En la actualidad, es especialmente preocupante el hecho de que haya cerca de 8.000 satélites en órbita terrestre baja en la actualidad, todos destinados a regresar a la Tierra en algún momento, según datos de Orbiting Now. “La industria espacial ha entrado en una era de rápido crecimiento. Con decenas de miles de pequeños satélites planeados para la órbita terrestre baja, ese aumento de masa se dividirá en muchos más eventos de reentrada”, aseguran. “Habrá que trabajar mucho para comprender las implicaciones de estos nuevos metales en la estratosfera”, concluye Murphy.