Telescopio James Webb descubre CO2 en lejana Galaxia
Utilizando el Telescopio Espacial James Webb de la NASA, un equipo internacional de astrónomos, detectó moléculas orgánicas complejas, similares al humo, el hollín y el smog de la Tierra, en una galaxia ubicada a 12 mil millones de años luz de distancia. El descubrimiento realizado en la Galaxia SPT 0418-47, permite a los científicos ver un período cuando el universo tenía sólo mil 500 millones de años, apenas el 10% de su edad actual. Y demuestra que a pesar de la enorme distancia y tiempo que dividen a nuestras Galaxias, todo el Universo está conectado y comparte las mismas moléculas.
Por lo que es posible, que también compartamos las mismas bases para la vida orgánica, abriendo con ello, la posibilidad de que formas de vida similares a las terrestres, se encuentren presentes en todo el Universo. El descubrimiento desafía la comprensión previa sobre el vínculo entre estas moléculas y la formación de las estrellas. La detección fue posible gracias al poder combinado del Telescopio James Webb y la lente gravitacional, un fenómeno que ocurre cuando dos galaxias se alinean perfectamente desde la perspectiva de un observador en la Tierra.
Habla el Dr. Justin Spilker, profesor asistente en el Departamento de Física y Astronomía en la Universidad de Texas A y M: “Es increíble que podamos identificar moléculas a miles de millones de años luz de distancia con las que estamos familiarizados aquí en la Tierra, incluso si aparecen de maneras que no nos gustan, como el smog y el humo. También es una poderosa afirmación sobre las increíbles capacidades del Webb que nunca antes habíamos tenido.”
La misión del Telescopio James Webb apenas inicia, por lo que los astrónomos están emocionados por ver todas las cosas nuevas que puede hacer por ellos. Los científicos han demostrado que el Telescopio puede ver moléculas a enormes distancias. Ahora están tratando de demostrar si donde hay humo, hay fuego. Extraordinario descubrimiento, que prueba que las mismas moléculas orgánicas que se encuentran en nuestro planeta, también están presentes en las galaxias más lejanas, hasta ahora observadas. Abriendo con ello la posibilidad de que la vida, tal y como la conocemos, se encuentre en todo el Universo.