La enorme cantidad de objetos que flotan sobre la Tierra, podrían obstaculizar la capacidad de los científicos para detectar potenciales asteroides en curso de colisión. Y también podría tener un impacto en la búsqueda de vida extraterrestre, aseguraron los expertos.Se espera que el espacio esté tan repleto con satélites para el año 2030, que alrededor del 10 por ciento de los objetos visibles en el cielo, serán hechos por el hombre. Y estos podrían tener un gran impacto en la visibilidad del cielo nocturno desde la Tierra.

Alrededor de 400 mil naves espaciales, han sido aprobadas para su lanzamiento en la órbita baja, lo que significa que tendrán que ser reemplazadas regularmente. Esto podría llevar a que la luz del sol se refleje de tal forma, que dificultará ver incluso, las estrellas más brillantes del cielo.

Y podría haber consecuencias aún más peligrosas. El autor de múltiples libros y artículos de divulgación científica y astrónomo, el Dr. David Whitehouse, considera que el cielo podría terminar asemejándose una autopista, y predice que podría tener un impacto perjudicial en la detección de asteroides que amenacen la Tierra. “Es vital que si se identifica que un objeto está en curso de colisión, se detecte temprano. Las rachas de satélites podrían obstaculizar la protección de este espacio. Existe la verdadera posibilidad de que podamos ver cientos de miles de satélites en órbita a finales de la década.” Dr. David Whitehouse.

Y el problema es mucho más grave aún, si se consideran los más de 130 millones de fragmentos de objetos inservibles que flotan alrededor del planeta. Basura espacial que se continúa acumulando. Como la fractura del satélite ruso KOSMOS 2499, se rompió el mes pasado, por segunda vez, En un tuit reciente, la Fuerza Espacial de los Estados Unidos, aseguró que actualmente están rastreando 85 pedazos individuales de escombros a una altitud de 1.169 kilómetros. La ruptura ocurrió el 4 de enero de 2023, pero la razón de la desintegración sigue siendo desconocida.

Este evento ocurrió tras una reciente alerta, en la que dos piezas de basura espacial sobrantes de la era soviética, pasaron a pocos metros el uno del otro el 27 de enero. Si los dos hubieran colisionado, habrían creado una nube de escombros llena de miles de pequeños trozos de basura espacial peligrosa.