Aborígenes del actual México devoraron a Aliados de Hernán Cortés
Investigadores del ‘Instituto Nacional de Antropología e Historia de México’ revelaron las prácticas a las que los acolhuas, una de las comunidades originarias de su país, sometieron a una caravana de aliados del conquistador español Hernán Cortés, cuyos integrantes, tanto hombres, como mujeres embarazadas y niños, fueron sacrificados, desmembrados ycomidos en distintos rituales.
Cuatro años después de que se descubrieran restos óseos en el sitio de Zultépec-Tocoaque, donde había unas 36.000 piezas arqueológicas, los especialistas obtuvieron pruebas de qué fue lo que ocurrió con las cerca de 350 personas capturadas en junio de 1520. En los seis meses siguientes, los acolhuas hicieron cuidadosas selecciones para el sacrificio y llegaron a comerse a algunos de los prisioneros. Por eso, explicaron desde el instituto, a Zultépec se lo conocería luego como Tecoaque, nombre que significa ‘donde se los comieron’.
“Los pobladores de Zultépec van a ir recreando mitos de creación”, explicó el arqueólogo Enrique Martínez Vargas en el coloquio ‘500 años del desembarco de Hernán Cortés’, que se celebró esta semana en México. Allí, agregó que un “ejemplo” de esa práctica aparece en “un entierro que representa el mito de Cihuateteo”.
“En la ofrenda tenemos un guerrero, una mujer cuyo cuerpo fue cortado en dos, un niño de tres o cuatro años desmembrado; y a los pies del guerrero se ubicaron ‘huesos trofeo’ pertenecientes a cuatro personas: fémures, tibias, peronés. Los restos óseos de la mujer, del infante y los ‘huesos trofeo’ tuvieron un tratamiento cultural”, detalló.
La caravana capturada por los acolhuas tenía un carácter multiétnico, ya que había hombres y mujeres europeos, indígenas de distintas regiones, mestizos, mulatos y zambos. También llevaban animales, como caballos, vacas (ambos fueron comidos), burros, perros y cabras. Los cerdos fueron sacrificados y ofrendados en un aljibe.
Respecto de los cautivos muertos, los arqueólogos revelaron que tanto las españolas como una mulata estaban embarazadas. Para los acolhuas, las mujeres que morían en el parto eran consideradas guerreras, por lo que acompañaban al Sol en su viaje por el inframundo.
Por último, detallaron que la posición en la que fue enterrado un guerrero parecería recrear el mito del Quinto Sol, ya que le fue ofrendado un español, quien fue quemado y desmembrado.