Arrecifes de Coral revelan aumento sin precedentes de El Niño
Científicos la Universidad de Melbourne y del Centro de Excelencia para los Extremos Climáticos (ambos en Australia) han desarrollado un método innovador, que utilizó núcleos perforados de corales para producir un primer régistro estacional de 400 años de eventos climáticos signados por el fenómeno de El Niño.
De acuerdo con el estudio, publicado en la revista ‘Nature Geoscience’, existen diferentes variedades de ese fenómeno y su naturaleza ha cambiado en las últimas décadas. Esta comprensión es vital, afirman los especialistas, ya que El Niño produce climas extremos en todo el mundo, con efectos catastróficos como las precipitaciones y temperaturas nefastas en Australia, el sudeste de Asia y las Américas.
Así, el registro de 400 años reveló un cambio claro en los tipos de El Niño, con un aumento de su actividad en el Pacífico Central a finales del siglo XX, y además sugirió cambios futuros en el fortalecimiento del fenómeo en el Pacífico Oriental.
Los investigadores llegaron a esta conclusión tras estudiar los núcleos de corales que se extienden por el Océano Pacífico, formaciones que contienen isótopos que pueden decir mucho sobre el clima del pasado, tal como los anillos de los árboles. Sin embargo, hasta ahora no se habían utilizado para detectar las diferentes tipologías de ese evento.
Después de refinar cuidadosamente la técnica para reconstruir la firma de El Niño en el espacio y el tiempo, utilizando nuevas técnicas de aprendizaje automático, los científicos pudieron comparar los resultados recientes en el coral con un registro instrumental. Encontraron así una fuerte correlación entre los núcleos de coral y los eventos registrados, que les permitió hacer proyecciones en el tiempo.
El equipo descubrió que hubo un aumento sin precedentes en la cantidad de eventos atribuibles a El Niño que se formaron en el Pacífico Central en los últimos 30 años, en comparación con períodos de igual duración durante los últimos 400 años. En el Pacífico Oriental, esos fenómenos fueron los más intensos jamás registrados, de acuerdo con el registro instrumental de 100 años y el registro coralino de 400 años.
Los autores de la investigación esperan que sus tres años de arduo trabajo sirvan de base para futuros estudios sobre el clima.