Exastronauta de la NASA busca la Atlántida

En una entrevista para el portal ‘Cnet’, el astronauta Paul Scully-Power, pionero en su país (Australia), primer oceanógrafo en viajar al espacio y también primer hombre en hacer una travesía sideral con barba, ha relatado detalles curiosos sobre sus pasadas aventuras y sus planes para el futuro.

El primer dato llamativo es que nunca quiso ser astronauta. El 5 de octubre de 1984 Scully-Power despegó del Centro Espacial Kennedy en Florida dentro del transbordador espacial Challenger de la NASA. Y, según reveló al periodista de Cnet Jackson Ryan, durante la operación de salida estaba… dormitando.

“Uno tenía que estar relajado”, asegura el astronauta esbozando una sonrisa. Antes del viaje se planteó otro gran problema: la barba del profesional de la NASA.

“La NASA me dijo que me afeitara”, recuerda. La barba era un problema de seguridad, argumentaron en la agencia, porque dificultaba el sello hermético del casco. La agencia estadounidense le lanzó una serie de “pruebas imposibles”, pero Scully-Power, especialista en carga útil y buceador profesional, demostró que para él no era problema hacer el sello hermético. Entonces la NASA cedió y se le autorizó que volara con su vellosidad intacta.

Durante su viaje de ocho días, la tarea del astronauta era inspeccionar los océanos. Descubrió que los remolinos, potentes corrientes de agua oceánica espirales, son omnipresentes.

Ahora, la ambición de Scully-Power es encontrar la Atlántida, de lo que también había hablado en una entrevista anterior, cita ‘The Australian’.

La mayoría de los científicos e historiadores consideran que la existencia de la Atlántida, la antigua isla descrita por Platón que supuestamente se ‘tragó’ el mar, es poco probable. Sin embargo, Scully-Power cree que ahora las tecnologías son lo suficientemente avanzadas como para encontrarla.

Sugiere que los avances en el rastreo con nanosatélites, drones submarinos y “un poco de trabajo académico inteligente” es lo que se requiere para resolver el misterio. “¿No os parece que el primer oceanógrafo del mundo en viajar al espacio debería buscar la ciudad perdida de la Atlántida?”, se preguntó el astronauta australiano.