Paleontólogos hallan Eslabón entre Reptiles y Mamíferos

Hace 18 años los paleontólogos encontraron en las tierras baldías de Arizona (EE.UU.) el fósil de un animal peludo con enormes colmillos, parecido a una rata gigantesca, que vagó por la Tierra hace 184 millones de años. La magnitud del hallazgo, sin embargo, solo se ha comprendido ahora, después de que recientemente los científicos detectaran que el fósil no contiene únicamente restos de un animal adulto, sino de 38 crías, que los expertos suponen que eran las del mismo animal fosilizado, informa un estudio publicado en la revista ‘Nature’.

Los paleontólogos señalan que encontrar restos bien preservados de crías de animales del período Jurásico, cuando los dinosaurios dominaban la Tierra, es particularmente inusual, ya que a menudo otros animales se comían las crías muertas o sus fósiles quedaron destruidos. Según los investigadores, desenterrar tantos animales jóvenes en un solo lugar no tiene precedentes.

Otra circunstancia que ha sorprendido a los científicos es el número de crías que contiene la camada, el doble de lo que se podría esperar en un mamífero, pero habitual para un reptil. Los expertos esperan que este descubrimiento arroje nueva luz sobre la evolución de los mamíferos, en particular sobre cuándo dejaron de dar a luz a grandes camadas parecidas a las de los reptiles y empezaron a tener menos crías pero con el cerebro más grande.

Los investigadores han determinado que el animal adulto, del tamaño de un perro pequeño y bautizado como ‘Kayentatherium wellesi’, fue un precursor de los primeros mamíferos, a pesar que sus camadas presentan similitudes con las de los reptiles.

El fósil fue descubierto por el profesor Timothy Rowe hace más de 18 años en una formación rocosa, pero entonces pensó que había encontrado los restos de un solo animal, y ni siquiera imaginaba que el fósil pudiera contener los de casi cuarenta crías.

Una tomografía computarizada reveló varios huesos dentro de la roca. Pero se necesitaron avances en la técnica de imágenes computarizadas para revelar los restos de las crías, que no solo consistían en mandíbulas y dientes, sino también en calaveras y esqueletos parciales.